La enfermedad COVID-19 fue detectada por primera vez como un caso de neumonía atípica en la ciudad de Wuhan, China, a finales de diciembre del 2019. A medida que esta nueva enfermedad avanzaba, infectando a 2,004,383 personas en 210 países durante el mes de abril del 2020, fue clasificada por la organización mundial para la salud como una pandemia, forzando a los gobiernos y ciudadanos a tomar acción contra la continua propagación del virus. Estas acciones se concentraron en una fase de confinamiento alrededor del mundo, donde todas las actividades esenciales y no esenciales cesaron poco a poco y los países cerraron sus fronteras, previniendo la entrada del virus por medio de viajeros extranjeros, este paro en la economía mundial provoco grandes estragos económicos.
Debido a este freno en los procesos de todas las industrias, estas se han visto en una posición de cambio veloz, adecuando sus modelos de negocio hacia una nueva era y adoptando una posición más tecnológica, dejando atrás aquellas empresas las cuales fueron incapaces de realizar este cambio. De acuerdo a un reporte del Foro Económico Mundial, la enfermedad de COVID-19 afecto el 75% de la producción manufacturera mundial (WEF 2020), esto nos da un claro ejemplo que estos cambios fueron necesarios para que la industria siguiera funcionando , y a medida que los meses pasan y la economía se va reactivando en diferentes lugares del mundo, el que las empresas hayan transicionado hacia un modelo tecnologíco refleja una situación futura positiva ante la especulación.
El director del Compromiso Empresarial del Foro Económico Mundial menciona que la transformación digital ha progresado una década en solo tres meses, gracias a esta pandemia, y que las empresas que ya contaban con modalidades digitalizadas permitieron que esta transición se llevara a cabo de una manera más dócil.
A causa de la numerosa especulación y la limitada asertividad en cuanto a lo que vendrá después de esta pandemia, las industrias deben idear una nueva forma de reconstruir el modelo económico para que este sea más incluyente y sostenible ante diferentes situaciones, esto a partir de las tecnologías 4.0.
El día de hoy más y más empresas adaptan tecnologías como la nube, la cual nos permite teletrabajar sin requerir de nuestro lugar de trabajo físico y ahorrar costos operativos y de mantenimiento respecto de servidores. Además de ser parte de las tecnologías que hoy en día juega un papel sumamente importante dentro de las líneas de producción, como fue el caso de Maserati, en Italia, donde a través de sensores e información que se sube a la nube se genera un gemelo digital analizado por inteligencia artificial para predecir resultados en el mantenimiento y verificar la calidad en la producción.
O el Big Data, que permite almacenar, buscar, obtener y procesar grandes volúmenes de datos, para luego convertirlos en un modelo predictivo de Machine Learning, y de esta manera ser capaces de tomar decisiones inteligentes.
David Benítez, gerente de cuentas estratégicas en Motorola Solutions México, sostiene que “la industria 4.0 tiene el potencial de incrementar un 50% de productividad en las empresas manufactureras.” Esto debido a que las fábricas inteligentes se encuentran interconectadas, lo que les permite tener información valiosa al instante, contribuyendo a la toma de decisiones críticas para la organización hasta la red de suministro.
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